¡Bienvenidos!

Mi nombre es Andrés, y me complace mucho darles la bienvenida al que será mi Diario de Actividades durante las próximas semanas. Desde el pasado mes de noviembre de 2020 soy administrativo de la Administración General de Estado, desempeñando mis funciones en la Dirección Provincial de la Seguridad Social de Sevilla, donde resido.

Como un cuaderno de bitácora en el que los marineros reseñaban durante las largas travesías los aspectos más cruciales de la navegación, en este espacio virtual se recogerán los diferentes retos y actividades con las que confío aprender y aprehender la noción de "Gobierno Abierto". Pero también es mi deseo que sea este un lugar de encuentro con otros compañeros y compañeras con los que compartir esta singular experiencia y que, como quien escribe, anhelan aproximarse al verdadero significado de la expresión "Gobierno Abierto" y su traslado a la práctica cotidiana y al destinatario último: la ciudadanía.

En la Antigua Grecia, el ágora era el centro de la vida política, social y religiosa de la Polis. En ella se daban cita personas de toda condición, ya fuese para asistir a los rituales sagrados, participar en las festividades, acudir al mercado o conocer las últimas noticias de cuanto acontecía en el resto de la Hélade. Pero también era el lugar del que emanaban las decisiones de la polis, el sitio en el que se reunía la asamblea, la plaza en la que los gobernantes no sólo debían ganarse la confianza de sus conciudadanos, sino también dar muestra de sus logros o responder de su gestión. En Roma,  el Foro sustituye al ágora, pero igualmente con idénticas funciones: ser el corazón de la ciudad y, por ende, del Estado.

En los últimos años las nuevas tecnologías han revolucionado la forma de comunicarnos en todos los niveles, desde las relaciones interpersonales hasta la comunicación con entidades jurídicas como empresas o administraciones públicas. En este sentido, el concepto de Gobierno Abierto permite una mayor interacción entre ciudadanía y administración que redunda en beneficio de la transparencia, la responsabilidad y la integridad de las instituciones. Y, en suma, en un mayor afianzamiento de la democracia.

Como el ágora de una polis griega o un foro, sí. Pero en esta ocasión en una dimensión mucho mayor. De ahí que haya decidido titular a este Diario "La Voz del Ágora".

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